miércoles, 16 de marzo de 2022

Decreto sobre virtudes

 



CONGREGACIÓN DE LAS CAUSAS DE LOS SANTOS

 

GRANADA

 

 

BEATIFICACIÓN y CANONIZACIÓN

de la SIERVA DE DIOS

MARÍA STELLA DE JESÚS

IGLESIAS FIDALGO

(en el siglo: María Aurelia)

Hermana profesa de las Religiosas de María Inmaculada

(1899-1982)

 

 

DECRETO SOBRE LAS VIRTUDES

 

“En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40).

Se podría decir que la Sierva de Dios María Stella de Jesús Iglesias Fidalgo (en el siglo: María Aurelia) oyó ininterrumpi­da­mente en su propio corazón el eco de estas palabras del Evangelio de Jesús, las cuales dieron forma a su estilo de vida y de acción. La sencillez con la que supo ver a Cristo en las personas que encontraba, la humildad, la serenidad y el gozo con que servía, sobre todo a los más pequeños y necesitados, suscitaron en quienes la conocían un sentido de admiración y una verdadera fama de santidad.

La Sierva di Dio nació en el caserío de Barradiello de La Riera de Colunga en Asturias el 12 de abril de 1899. Al día siguiente fue bautizada. Séptima de doce hijos, creció feliz en una familia pobre de recursos, ayudando a los adultos según sus propias posibilidades y sobre todo cuidado de los más pequeños. La pobreza se acentuó a la muerte del padre en 1913, y los hijos se vieron obligados a emigrar a Argentina. La Sierva de Dios se fue a Oviedo para trabajar como niñera en una familia. Allí frecuentaba la casa de las Religiosas de María Inmaculada, fundadas por Santa Vicenta María López y Vicuña para la acogida y formación de las jóvenes trabajadoras.

En esto contexto maduró la vocación de la Sierva de Dios, entró en la Congregación y en 1926 emitió la profesión religiosa. Fue destinada, primero a Córdoba, y desde 1935 hasta su muerte, excepto 3 años que pasó en Almería, vivió en Granada.

La Guerra Civil dejó muchos huérfanos, de manera que el Instituto se vio obligado a acoger y ayudar un elevado número de niñas. La Sierva di Dio se prodigó por ellas con solicitud y alegría. Desempeñó también los oficios de sacristana y responsable del lavadero y, durante muchos años, tuvo el encargo de hacer las compras en la ciudad, de pedir limosna y de acompañar las colegialas al médico. Este servicio fuera de casa le dio la oportunidad de visitar y ayudar a jóvenes que habían sido colegialas y a sus familias, además de conocer y socorrer a muchos pobres en la calle. Todos conocían a aquella Hermana, pequeña de estatura, que en Granada andaba por las calles, los hospitales, las oficinas, los comercios, las casas para llevar alivio a muchas personas que, en la soledad y en la pobreza confiaban en ella, en su oración, en su sonrisa llena de esperanza, humildad y confianza.

La Sierva de Dios, como verdadera religiosa que era, se ponía cada día y en cada circunstancia a la escucha de lo que el Señor quería de ella. Las prolongadas horas de oración y adoración eucarística y el rezo casi continuo del Rosario, ofrecieron la imagen de quien no interrumpe la presencia de Dios para servir a los otros ni deja aparte a los otros para entrar en diálogo con el Señor.

Ejercía la caridad con verdadero corazón de madre, escuchando a todos y dándose a todos. De esto se percibieron sus hermanas y las niñas. Nunca hubo en ella un reproche o una queja, siempre tuvo palabras de comprensión, amor y perdón. La serenidad del rostro y una alegría contagiosa caracterizaron su vida de virtud y su consagración a Dios como esposo y maestro.

En Granada, donde tanto había trabajado, se durmió serenamente en el Señor el 24 de noviembre 1982.

En virtud de su fama de santidad, se abrió la Causa de beatificación y canonización de la Sierva de Dios. Del 27 de enero al 27 de junio 2008, en la Curia eclesiástica de Granada se celebró el Interrogatorio Diocesano, que obtuvo el Decreto de validez jurídica de parte de esta Congregación de las Causas de los Santos el 19 de junio 2009. Redactada la Positio, se discutió, de la manera acostumbrada, si la Sierva de Dios había practicado en grado heroico las virtudes cristianas. El 5 de noviembre 2020 los Consultores Teólogos expresaron su parecer afirmativo. Los Padres Cardenales y Obispos, en la Sesión Ordinaria, del 15 de junio de 2021, han reconocido que la Sierva di Dios ha practicado en modo heroico las virtudes teologales, cardinales y añadidas.

El que suscribe Cardenal Prefecto ha comunicado todas estas cosas al Sumo Pontífice Francisco. Su Santidad, acogiendo y ratificando los votos de la Congregación de las Causas de los Santos, ha declarado hoy: Están probadas las virtudes teologales Fe, Esperanza y Caridad para con Dios y para con el prójimo, además de las cardinales de Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza y añadidas en grado heroico por la Sierva de Dios María Stella Iglesias Fidalgo (en el siglo: María Aurelia), Hermana profesa de las Religiosas de María Inmaculada, en el caso y para el fin de que se trata.

El Sumo Pontífice ha dispuesto luego que el presente decreto sea publicado y se incluya en las actas de la Congregación de las Causas de los Santos.

Dado en Roma el 19 de junio del año del Señor 2021.

 

Marcello Card. Semeraro

Prefecto

 

 

+ Fabio Fabene

Arz. tit. de Montefiascone

Secretario

sábado, 19 de junio de 2021

LAUS DEO!


Hoy es un día grande.... El Papa Francisco nos ha regalado el Decreto de las virtudes heroicas de las Sierva de Dios María Stella de Jesús Iglesias Fidalgo... La Congregación entera se regocija y agradece al Señor este nuevo "don" confiando en poder agradecer también un milagro por el que pueda ser declarada 'Beata'.... 

 Promulgación de decretos de la Congregación para las Causas de los Santos (vatican.va)


jueves, 12 de abril de 2018

12 de abril... 119 años

Por motivos que escapan fácilmente al control de las personas... El Boletín de la Postulación ha hecho una pausa tal vez demasiado larga... Pero hoy, vuelve para agradecer la vida de H. Stella precisamente en esta fecha de su cumpleaños.
Nuestras disculpas a los que esperaban ansionos seguir recibiendo "la hoja" y nuestra sincera gratitud a la paciencia ejercitadas mientras llegaba este día.




viernes, 24 de noviembre de 2017

Migajas de una vida santa

Decían que había muerto en olor de santidad…
Y cuando necesitaron narrar hechos de su vida
se contaba así un suceso:
Pues… tuvo que acompañar
a la madre X o Z de una a otra ciudad,
(que no iba nunca sola, se vería un poco mal …)

La narración lo contaba sin nada de singular,
más o menos a la letra según puedo recordar:

Que… a la Madre… ¿Margarita?
destinada a otro lugar,
la acompañó “otra Hermana …”
¿su nombre? El de la humildad:
“otra Hermana…” y nada más.
Así consta en aquel tumbo para la posteridad.

Que ¿quién era aquella “otra”?

Se ha podido averiguar sin dejar la menor duda,
y una vez más certifican, fue María Estela, asturiana,
quien hubo de acompañar.

Jesús, la Congregación, le regaló un nombre nuevo
con  hábito de humildad;
nombre… ¡siempre a mucha honra!
con “María”, sin quitar.
Así, presente a la Virgen tenía en todo lugar.

Las santas viven un lema que las distingue entre todas:
“Vivo sin vivir en mí…” nos trae… a Santa Teresa,
la grande… de Ávila, que decimos,
tan fácil de recordar.

Que “no quiso rey ni santo”
bien sabemos quién lo dijo …
Y no sola, que más tarde fue una hija suya, sencilla.
Aurelia Iglesias Fidalgo quien lo expresaba a su modo
en su decir asturiano, con gran respeto a su madre
y en respuesta a sus hermanos:
“Dígales: que he decidido: ni me caso ni me embarco…”
que me hago monja por siempre,
que es Jesús mi enamorado.

Así pidió la toquilla y así se fue al noviciado.

Nunca echó la vista atrás… ¡Adelante, paso a paso!
Por las calles de Granada,
las Chicas, siempre las Chicas
también en ella triunfaron.
(M. Monstserrat Basterra)

jueves, 21 de septiembre de 2017

Comienza el noviciado

El silencio guardará celosamente los nombres de los sacerdotes que había en el altar y nos dejará con el deseo de saber si aquel domingo, 21 de septiembre de 1924,

M. María Teresa Orti lo pasó en el Noviciado de Ríos Rosas o en la Casa Madre. Pero sí sabemos lo que ocurrió por la mañana en la capilla del noviciado.
Por las calles de Granada

En los últimos años de su vida, M. María Teresa, hizo del noviciado casi su segundo domicilio y no será muy aventurado sospechar que estaría allí, presenciando una ceremonia que por repetida no dejaba de ser siempre nueva, para las protagonistas y para quienes les acompañaban porque nueva es siempre la gracia con la que el Espíritu Santo inunda el corazón de los miembros de la Iglesia.

Aquel amanecer primero del otoño de 1924, tuvo luces de primavera en el noviciado de las religiosas de María Inmaculada porque la novedad del Espíritu es siempre promesa de fecundidad y vida.

Siguiendo el formulario de la ceremonia se oyeron tres nombres: María Páramo, Celestina Bengoa, y María Aurelia Iglesias y en respuesta a cada nombre, una respuesta firme en la voluntad y temblorosa en la garganta: «Aquí está la sierva del Señor», mientras se acercaban al altar para declarar su voluntad de ingresar como novicias en la Congregación y vivir en ellas todos los días que el Señor les concediera de vida.

Allí declararon ser mil veces dichosas viviendo pobres, obedientes y moritifcadas trabajando sin descanso por el bien y la salvación de las jóvenes acogidas.

Vestidas ya con el hábito religioso y cubiertas sus cabezas con el velo que el sacerdote les había entregado después de bendecirlos, las nuevas novicias oyeron los nuevos nombres por lo que iban a ser reconocidas en adelante: a María le fue impuesto el de Vicenta María de Jesús; a Celestina el de María Eustaquia y a María Aurelia el de María Stella. De las tres solamente la más joven de ellas, H. María Stella Iglesias iba a mantenerse fiel hasta la muerte a aquella palabra dada.

Las palabras y los gestos señalados por el formulario para aquella ceremonia se iluminan en la vida de la sierva de Dios María Stella Iglesias, como  la mejor síntesis de su programa de vida.
Rosario utilizado por la sierva de Dios María Stella Iglesias
Al entregarle el velo, el sacerdote la invitó a ser modesta, grave y observante religiosa y H. María Stella fue ejemplo de sencillez y compostura. Con una vela encendido la exhortó a procurar con todas sus fuerzas a mantener siempre viva la llama de la fe y a trasnmitirla con las buenas obras y H. María Stella se hizo digna de ser admitida en el número de las esposas de Jesucristo hasta oir en la hora de su muerte la invitación: Ven, esposa a recibir la corona que mi Padre te preparó y con ella la bienaventuranza eterna. El último signo que la sierva de Dio recibió aquel día, nunca se apartó de entre sus dedos: el Rosario como prenda de una protección especial de la Virgen María. La sierva de Dios rezó y repitió devotamente el santo Rosario cada día, e imitió cuanto pudo las virtudes de la Inmaculada, acercando a la Madre bendita a cuantos tuvieron que ver con ella a lo largo de de toda su vida.


La vida ejemplar de la sierva de Dios nos invita a una mayor coherencia de fe, a una más auténtica vida cristiana y a un desvelo continuado por aliviar penas y necesidades ajenas.

miércoles, 12 de abril de 2017

118 años....

La Sierva de Dios María Stella Iglesias
por las calles de Granada
El calendario nos regala otra oportunidad de acercarnos a la vida sencilla de Hermana Stella… a su ser de mujer consagrada, entregada y abandonada por completo a la voluntad de Dios… a su mirada profunda… a su sonrisa cercana… a sus manos siempre abiertas para acoger, para dar, para acaricicar y bendecir… a su pasito ligero, orientado siempre a la mayor necesidad y el mayor servicio… a su sed de Dios y de almas… a su anhelo de santidad…






martes, 29 de noviembre de 2016

Elena Fidalgo: ¡GRACIAS!

Hoy se escribe una nueva página en la cronología familiar de la Sierva de Dios... Desde hoy en "la casa del Padre" la generación Iglesias Fidalgo al completo, interceden por las siguientes generaciones familiares y por todos los que tuvimos el privilegio de cruzarnos con alguno de ellos y ahora aguardamos con esperanza el reencuentro definitivo.
Vicente Iglesias y Elena Fidalgo
Desde la Riera de Colunga, donde nació el 2 de junio de 1913, hasta Buenos Aires, adonde llegó a bordo del 'Cabo de Hornos' el 9 de marzo de 1941, para contraer matrimonio, y desde Buenos Aires, rodeada del cariño de sus hijos y nietos hasta el regazo de Dios, hoy 28 de noviembre de 2016... estos han sido los viajes más importantes de Elena Fidalgo... 
Tuve el privilegio de conocerla cuando era ya, cronológicamente, casi centenaria pero sus ojos seguían desprendiendo chispas de vida... y su privilegiada memoria le consentía contar ordenadamente episodios de su Riera natal... de El Barradiellu... de su infancia y de su juventud… de un viaje por amor a través del Océano Atlántico desde el Viejo hasta el Nuevo Continente.
Creció en La Riera de Colunga y aprendió la profesión de modista. Cosía por las casas según la costumbre de la época…hasta que todo cambió cuando un cruce de miradas encendió una ráfaga de chispas en dos corazones… 
Yo no sé si los primeros rubores del enamoramiento los vivió en su adolescencia, o llegaron más tarde, cuando Vicente Iglesias, el menor de los hermanos de la sierva de Dios, regresó desde Buenos Aires a su Barradiello. La situación sociopolítica aconsejó al joven a embarcarse de nuevo, pero debieron darse en secreto, promesa de matrimonio… En 1940, Vicente Iglesias comunica a su madre lo que tal vez ella ya sepa: contraerá matrimonio con Elena Fidalgo que prepara viaje para embarcarse rumbo a Buenos Aires.
Elena dejó atrás las montañas, los prados, el mar, los caseríos, su familia y sus amigos… porque el corazón tiene razones que la razón no entiende…

Cuando alguien supera el umbral del tiempo y de la historia, no se va… permanece en la vida y en el afecto de quienes han formado parte de su existencia… pero a quienes nos quedamos se nos iluminan de pronto una batería de preguntas que por mil motivos no hicimos a tiempo… por eso no sé lo que escondían aquella mirada y aquella sonrisa que me cautivó en Buenos Aires. 
Superados los límites propios de edad tan avanzada, libre ya de las penas o dolores que la vida le haya ofrecido en su larga trayectoria… de Elena Fidalgo me queda para siempre aquel porte delicado y señorial, aquella sonrisa y la profundidad de su mirada… me quedan chispas de un cariño inmerecido que cobra nombre y rostro en quienes sienten el vacío de su ausencia pero pueden aliviar su pena con el consuelo de una presencia  ya no física y tangible pero no por eso menos real.
¡GRACIAS!