La Sierva de Dios poco antes de su ingreso en la Congregación |
Lo que sí sabemos con certeza en que en Valladolid rezó la sierva de Dios ante el mismo altar en el que la Madre Fundadora había pronunciado sus últimos votos, y que presidía la capilla de Valladolid desde el año 1901.
Quienes realizaban estos servicios, de acompañar a las que salían destinadas, solían regresar sin pérdida de tiempo a su comunidad. Si nos atenemos a esta costumbre, visto que la cronista no nos cuenta nada, podemos pensar que la sierva de Dios, después de descansar algo del viaje volvió a subir al tren con dirección a Oviedo. Si celebró la fiesta de San Ignacio con la comunidad de Valladolid, habrá vuelto a viajar de noche, soñando también con la llanura castellana que la oscuridad no le dejaba admirar y también deseando volver a su clima habitual con temperaturas mucho más suaves que las sufrió aquellas horas en Valladolid.
Antes de un mes volverá a pasar por la estación de Valladolid, cuando salga de Asturias, camino del noviciado, para no regresar a su tierras natal hasta enero de 1966.